El aporte de energía extra de la dieta aumentó la ganancia de tejido magro al nivel bajo de consumo, pero lo redujo al nivel alto de alimentación (P<0,001). La ganancia extra de grasa de la piel y la grasa subcutánea a partir de la energía fue diferente entre sexos (P<0,05) donde los machos depositaron mayor cantidad de grasa en la piel y subcutánea que las hembras. Se aumentó la cantidad de cortes de rechazo en el nivel de alimentación alto (P<0,05), pero no se vio afectado por la fuente de energía o por el sexo (P>0,05).
Se puede concluir que, bajo condiciones de limitación de proteína, el aumento del consumo de energía procedente de los PNAf, Alf y la GIf resulta en una deposición de grasa similar. La distribución de la grasa depositada en los diferentes depósitos no depende de la fuente de energía y el sobreengrasamiento es similar tanto a nivel de consumo alto como bajo. El nivel de alimentación afecta a la distribución de grasa subcutánea y magro, pero la fuente de energía a no altera la distribución de los depósitos grasos en el cuerpo.
V Halas,L Babinszky, J Dijkstra, WAV Martin, and WJJ Gerrits, 2010, British Journal of Nutrition, 103:123-133.